Cumple dos objetivos: orientar al alumno sobre los contenidos de la WebQuest, el tema central de aprendizaje y el ámbito que abarca e incrementar su motivación por la actividad, haciendo que parezca atractiva, asequible e importante para su formación.
Esta parte de la WebQuest tiene, por tanto, como finalidad captar la atención del alumno, así como prepararle para el tema que se tratará.
En muchas ocasiones, la WebQuest implica la adopción de un determinado rol o la indicación de un supuesto escenario en el que se encuentra el alumno. Por ejemplo: si la WebQuest desarrolla como tema el ciclo del agua, el alumno puede ocupar imaginariamente el papel de un dirigente político de un país con problemas de aguas, o el de un científico que tiene que preparar una conferencia sobre el tema destinada a que la población se conciencie sobre el problema.
En algunas ocasiones, en la introducción también se incluye lo que Dodge llamaba The Big Question (la Gran Pregunta): una cuestión sobre la que se va a organizar la WebQuest.
Los alumnos aprenden qué producto final deberán haber realizado al finalizar el ejercicio. La tarea puede ser de naturaleza muy diversa. Existe una clasificación o taxonomía de tareas, que más adelante analizaremos, en la que se ofrecen distintos tipos de enfoques cognitivos en función de la naturaleza del trabajo que se exige del alumno. Por anticipar algunos ejemplos concretos, son posibles tareas el generar un documento o producto (una máquina que cumpla determinadas características, por ejemplo), resolver un problema, inventar un texto o documento creativo, expresar el punto de vista propio ante un determinado problema, preparar un debate adoptando un punto de vista determinado (por ejemplo, en el conflicto árabe-israelí, adoptar uno u otro punto de vista en un supuesto debate entre ambas partes), hacer un reportaje o periódico, ayudar al asesoramiento histórico de una película de cine o de una novela, etc.
Es conveniente indicar el tipo de formato con el que se exigirá el producto final: por poner algunos ejemplos, puede tratarse de un conjunto de páginas web, un trabajo con una presentación, un sencillo CD, un informe elaborado con un procesador de textos, o simplemente una presentación verbal en la que pueda ser capaz de explicar un tema específico.
En este epígrafe se sugieren los pasos que los alumnos deben seguir para completar la tarea. También podrán incluirse indicaciones sobre cómo se estructurarán los grupos (trabajo individual o de grupo medio, por ejemplo...), el número de sesiones disponible, etc. Puede ser conveniente establecer tareas específicas, división en grupos de trabajo para distintas tareas (introduciendo, en su caso, la adoptivo, etc.). El docente puede también efectuar algunas indicaciones al alumno sobre la forma de llevar a cabo cada una de las tareas, la organización interna del grupo: por ejemplo, puede establear algún perfil característico para uno o varios alumnos, como puede ser el de técnico: encargado, por ejemplo, de crear un foro en un servidor gratuito donde el resto de los alumnos cuelgan sus opiniones sobre el tema, o encargado de recoger las informaciones de sus compañeros para darles el formato de una presentación, etc.
Al dirigirnos a los alumnos describiendo los pasos que deben dar, es conveniente utilizar la segunda persona.
Es conveniente indicar de forma ordenada, clara y completa todos los sucesivos pasos que el alumno realizará: desde la creación de grupos y la posible adopción de roles (en este caso con actividades concretas que se les encomienda de forma específica a cada uno), a la realización de actividades concretas.
Hay un aspecto que no siempre se encuentra unificado en las WebQuests: en muchas de ellas -y este es el modelo que te aconsejaríamos- en el proceso se describe, junto a cada actividad concreta de las que componen el proceso, los recursos (básicamente enlaces a páginas web...) que empleará el alumno para resolverla. En otras WebQuest, en cambio, los enlaces se citan como un corpus conjunto, no especificando cuál es conveniente para cada tarea. Cualquiera de los dos planteamientos lo podemos considerar válido. Personalmente, consideramos que una u otra organización dependerá del tipo de tareas que se proponen: por ejemplo, en una WebQuest en la que una de las actividades que indica el proceso sea buscar e imprimir fotos de animales, y luego clasificarlos como mamíferos, ovíparos, etc.; otra que consista en seleccionar la foto de tu animal preferido; otra en buscar fotos de animales en cautividad y los mismos animales en libertad, etc., sería más lógico proporcionar un conjunto de enlaces comunes para que todos los alumnos los utilicen para el conjunto de las actividades. Otro caso distinto podría ser el de una WebQuest en la que pretendemos estudiar las causas, desarrollo y consecuencias de la Primera Guerra Mundial: en este caso sería más productivo indicar actividades concretas con recursos específicos para cada una de ellas.
En el apartado del proceso puede ser necesario aportar recursos de tipo técnico: si se exige capturar imágenes y sonidos, tal vez sea preciso autorizar al alumno sobre cómo hacerlo, o lo mismo puede aplicarse al empleo de una enciclopedia on-line, o de una máquina de traducción de idiomas on-line. De igual forma, podría autorizarse estrategias cognitivas como la preparación de fichas para desarrollar un debate, cómo preparar una entrevista, qué secciones incluir en un periódico escolar, etc.
A veces también podría ser conveniente proporcionar al alumno plantillas para responder a una pregunta (por ejemplo, plantillas para crear un eje cronológico en el que ordenar acontecimientos históricos, o plantillas de mapas mudos para localizar sobre ellos las distintas regiones vegetales del planeta).
El profesor presenta una lista de páginas de Internet que ha seleccionado en relación al eje temático que se desarrolla en la WebQuest (u otros recursos previamente seleccionados, no necesariamente en formato web), de tal manera que los alumnos se centran más en el análisis de la información proporcionada que en la búsqueda de la misma (que, sin embargo, puede en determinados contextos constituir una tarea adicional). De esta forma, acotamos el campo de trabajo del alumno, que no se ve obligado a navegar a la deriva.
En algunas WebQuests se incluye como un contenido específico un apartado con contenidos mínimos: un resumen de los aspectos fundamentales del tema, que sirva como refuerzo de lo que el alumno aprende, así como de apoyo ante un posible examen del tema que la WebQuest desarrolla.
Se indica al alumno de qué forma va a ser evaluado, mediante qué criterios (siempre enunciados en términos comprensibles y emotivo para el alumno) y a partir de qué instrumentos.
Mediante esta sección se proporciona al alumno la oportunidad de resumir la experiencia, animar a la reflexión sobre lo que se ha aprendido, y cuantas actividades puedan apoyar la meta cognición y la generalización de sus aprendizajes. En ocasiones, las conclusiones de la WebQuest consisten en algunas frases que resumen y completan los aprendizajes que los alumnos habrán adquirido en el transcurso de la WebQuest, o bien plantear algunos puntos que inciten a la reflexión, como una forma de incitar al alumno a que reorganice sus ideas.
La WebQuest va dirigida a nuestros alumnos, pero también a otros posibles profesores-alumnos. Por eso, es imprescindible proporcionar algunas informaciones básicas, como el nivel al que va dirigida la WebQuest, contenidos y objetivos, conocimientos previos -sobre todo desde el punto de vista del dominio informático-, número de sesiones y condiciones de desarrollo de la WebQuest, etc.
Las partes de las que consta una MiniQuests son básicamente tres: Escenario, Tarea y Producto.
- El Escenario establece un contexto para el proceso de resolución del problema que plantea la MiniQuest. Como la Introducción de la WebQuest, debe evocar un enfoque cognitivo concreto: el estudiante es un espía, un periodista, un experto, un galeritas… Generalmente, la MiniQuest sitúa al alumnado en el papel de un adulto, planteándole de esta forma un reto. Por ejemplo, una MiniQuest de la asignatura Economía podría sugerir representar el papel de un asesor que aconseja a varios compradores de un piso sobre las mejores condiciones hipotecarias.
- La Tarea: incluye preguntas para que los estudiantes puedan contestar la pregunta esencial. A diferencia de la WebQuest, en la MiniQuest es un apartado con una alta estructuración, es decir, con indicaciones muy concretas y dirigidas, dado que se realizará en una o dos clases. Además, debe contener toda la información de sitios web necesarios (no excesivamente numerosos: 4-8).
- El Producto: consiste en una descripción de lo que los estudiantes van a realizar para contestar las pregunta esencial planteada en el escenario. Exige que el alumno elabore la información, la sintetice, la emplee competentemente, renovando su visión sobre el tema, y aplicando estrategias de investigación. Debe estar en consonancia con el rol asignado al alumno en el Escenario: si en ese apartado se indicó que es un espía, el Producto puede consistir en un informe; si es un periodista, en una portada o artículos; si es un experto, en un memorando.
La importancia de la Webquest en la educación radica en que permite socializar el conocimiento y las experiencias de los individuos de manera más efectiva, desarrolla habilidades cognitivas además de incrementar las habilidades en el uso de las TICs.
La importancia y utilidad de las Miniquest es iniciar al propio profesor con poco bagaje previo en el modelo de trabajo con apoyo en la Red, dado que preparar una Miniquest resulta más sencillo. Algunos autores han subrayado que el modelo resulta para el autor más intuitivo y realizable.
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